Epistolario Familiar

Martina Sanchez-Gonzalez

Queridos Abuelitos,

 

Como me hubiera gustado conoceros. Es casi como si faltara una parte de mí sin haber tenido nunca la oportunidad de tener una relación con vosotros. Pero al mismo tiempo, siento que os conozco gracias a todas las historias que me cuentan mi papá y mis tíos. 

Abuelo, se que fuistes un doctor muy conocido en Valladolid. Pasee con mi padre por la calle Doctor Sánchez Villares, nombrada en tu honor. Sé que eras un hombre bien respetado y que te llamaban “el gran renovador de la Pediatría Española.” Sé que fuiste profesor y que así conociste a la abuela. Sé que te encantaba leer, conversar, y ver el fútbol. Pero, no sé cómo sonaba tu voz, ni tu risa. No sé cómo andabas, si era con tus brazos detrás de tu espalda cómo mi otro abuelo. 

Abuela, sé que tenías una pasión por la música. Sé que tocabas el piano, y muy bien. A veces oigo a mi padre tocar canciones en nuestro piano en casa que me dice que tocabais juntos. Me puedo imaginar a los dos sentados juntitos en el banco tocando la canción preciosamente. Me hubiera encantado escucharte y aprender de ti. Sé que eras una mujer muy seria, pero muy cariñosa. Y sé que querías a mi padre, tu hijo, con todo tu corazón.

Con todo lo que sé sobre vosotros, nunca sabré cómo se siente abrazaros. Sin tener abuelos en el lado de mi padre, me siento lejana de la familia. Oigo a mis primos mayores hablar de vosotros, y me da mucha envidia. No es justo. No es justo que enfermedades me los hayan quitado a los dos antes de que yo naciera. No es justo que mi niñez la pasara sin vosotros y que no sepáis quién soy yo.

Entonces, permitidme presentarme. Me llamo Martina. Soy la segunda hija de vuestro hijo menor, Ramón. Tengo diecisiete años y este año me graduo del instituto. Ya no vivo en España, sino en los Estados Unidos. Pero, volvemos todos los años para visitar a la familia. Me gusta practicar deportes y pasar el tiempo con mis amigos. Me gusta viajar y escuchar música. Aunque parezco muy tímida al principio, soy todo lo contrario una vez que me conoces. 

Os podría contar todos los detalles de mi vida, pero sé que no sirve. No es lo mismo pero es lo único que puedo hacer, así que tendrá que ser suficiente. Os mando muchísimos besos y todo mi amor. Seguiré pensando en vosotros y en la familia que podríamos haber sido. 

 

Con cariño,

Tu nieta Martina •