Cuando tenía que aplicar a la universidad, en uno de mis “supplementals” se me
preguntó qué obra de literatura yo consideraba como excelente. Me sentí perdida. Había demasiados libros excelentes que ya había leído, sin embargo, no podía escoger uno para salvarme la vida. La obra tenía que resumir todas las razones por las cuales yo debería ser considerada como una buena opción en esta universidad y mi futuro dependía de esta decisión.
Releí quizás unos tres libros antes de decidirme por un cuento sencillo. Para mi
sorpresa, yo escogí un cuento que había leído en una clase que había tomado el
curso anterior. No me había dado cuenta en ese momento, pero al releerlo, ¡me vi a mí
misma tan claramente en el texto! La clase en la que se me presentó el relato fue la de AP Literatura en Español.
Tengo que admitir que fue una clase difícil y me tomó mucho más tiempo que todas mis
clases ese año (estaba tomando cinco APs), pero la colección de textos del curso
fue impecable. Además de lo que tenía que aprender para el examen, las obras se
justificaban por sí solas. Había una razón por la que esos textos tenían el privilegio de
vivir en mi gran libro de texto verde.
El relato que yo escogí fue Mi Caballo Mago de Ulibarrí, un escritor mexicano-americano del suroeste. Se trata de un joven que captura un caballo mítico, pero se le
escapa. Uno hubiera asumido que la pérdida del gran caballo debería haber quebrado
al joven, pero no lo hace. Le da más a través de la naturaleza animalística y realista del escape del caballo. El texto me recordó a la relación con mi hermano. El cuento encapsulaba perfectamente algo en lo que me había dado cuenta hace unos años en la escuela secundaria: al ver los defectos de mi hermano, o de cualquier otra persona, te da un sentido mejor de quiénes son. Eso fortificó nuestra amistad más que si yo tratara de mantenerla en una idealización perfecta. La reflexión personal que el relato tuvo en mí fue una de las razones por las cuales la universidad me aceptó.
Eso es lo genial de esta clase, los textos escogidos están enfocados en la exploración de la condición humana. No hay ninguna otra clase que se ofrezca en Jackson-Reed que tenga una colección tan excelente de textos clásicos. Son clásicos
por una razón, y es porque van a seguir siendo esclarecedores y relevantes por años
sin fin.
Recomendaría a cualquiera que tenga un dominio bueno del español, nativo o no, que
tome esta clase. No solamente vas a encontrarte material excepcional para tu ensayo
cuando te apliques a la universidad, sino que también te encontrarás con textos que son
por excelencia genuinos y humanos.•