Cuando la gente escucha “Puerto Rico” piensa en playas, mofongo y tirolesa en El Yunque. Y todas esas cosas son reales y verdaderas. Pero por las tantas maravillas que tiene en Puerto Rico, también tiene una gran cantidad de problemas; desde la corrupción, el colapso de la infraestructura, la deuda masiva y la disminución de la población, pero especialmente los cortes de electricidad. El último corte de electricidad en la isla fue el 16 de abril, cuando la Oficina del Gobernador de Puerto Rico dijo que una falla en la transmisión del sistema eléctrico puso a 1.4 millones de clientes en la oscuridad. Miles de turistas estaban en Puerto Rico para la Semana Santa, y las vacaciones de la primavera, incluyéndome a mí, alojados en hoteles. Puertorriqueños expresaron frustración con el gobierno por el corte, y muchos llamaron al gobierno para expresar que querían que el gobierno cancelara los contratos con las dos compañías de energía de allí, Luma y Genera PR. El corte causó el cierre del metro en San Juan, provocando más tráfico en las carreteras, y muchos negocios se vieron obligados a cerrar sin electricidad. Cuando el apagón empezó, casi habíamos terminado de comer en un restaurante chino en el centro de San Juan, se apagaron las luces, y el restaurante se quedó oscuro. Un camarero corrió a través del restaurante lleno hasta atrás, para encender el generador de emergencia y todo continuó como nada hubiera pasado. Aún así, fue una experiencia extraña. Aquí en los Estados Unidos continental, no tenemos apagones regulares, solo tenemos un apagón si hay una tormenta fuerte. Nosotros nunca tenemos que preocuparnos por no tener electricidad. Lamentablemente, más del 40% de la isla vive en la pobreza, y muchos no tienen el dinero para comprar generadores para mantener la electricidad en sus casas. La situación en la isla sigue empeorando, con apagones casi regulares. Entre los años 2019 y 2024 se registraron 225,000 apagones en PR.  Uno de los mayores culpables de esta crisis es el huracán María, que destruyó gran parte de la infraestructura de la isla y grandes partes de la mismísima isla, y ​​sus efectos todavía son visibles hoy en día. PR es la parte más pobre de Estados Unidos, superando a Mississippi y Virginia Occidental. Aunque los Estados Unidos es un país rico, muchos de sus territorios no son ricos, incluidas Samoa Americana y las Islas Marianas del Norte, y Puerto Rico. Como turista que estuvo allá, es extremadamente triste ver los problemas de la isla, especialmente porque es un lugar tan increíble que creo que todos deben visitar. Como dije antes, el gobierno de PR es parte culpable por los apagones crónicos en la isla, gracias a la enorme deuda que el gobierno Puertorriqueno. Sin dinero para pagar sus deudas, fueron obligados a vender muchos de sus bienes, incluida su capacidad de generación de energía, para mantenerse a flote. Como Puerto Rico no es un estado, por lo tanto no califica para el alivio de deuda nacional, y como no es un país, no puede pedir prestado al IMF ni al Banco Mundial, lo que significa que se vio obligado a pedir prestado a fondos de cobertura privados a tasas de interés altísimas, aumentando la deuda. Los Estados Unidos también contribuye a esta situación, en diferentes maneras. En 1900, los Estados Unidos obligó a todos a cambiar su moneda puertorriqueña por dólares estadounidenses devaluando el peso puertorriqueño por 40%, sólo dos años después de que los Estados Unidos administró PR. En solo una noche, por decreto legislativo, cada puertorriqueño perdió el 40 % de sus ahorros, riqueza y propiedades. Sin restricciones legales contra la usura, el Banco Colonial Americano concedió préstamos abusivos en toda la isla. En 1930, todas las fincas de caña de azúcar de Puerto Rico pertenecían a uno de los 41 sindicatos, el 80% de los cuales eran de propiedad estadounidense, efectivamente quitando la economía de las manos de Puerto Rico y dándosela a los EE.UU. Los puertorriqueños se empobrecieron más, ya que las leyes de salario mínimo en los Estados Unidos no se aplicaron a Puerto Rico en una decisión judicial de la Corte Suprema. Con el régimen militar impuesto por Estados Unidos en la isla, cualquier disidente fue silenciado o enviado a la cárcel, se limitó la libertad de expresión y también se limitaron la autonomía y la independencia allí. En octubre de 1950, las relaciones entre EE. UU. y PR se empeoraron, cuando nacionalistas liderados por Albizu Campos, iniciaron una revuelta a través de la isla contra las fuerzas estadounidenses en las localidades de Ponce, Mayagüez, Naranjito, Arecibo, Utuado, Jayuya y en la capital San Juan. La revuelta fue severamente sofocada por el ejército y la guardia nacional puertorriqueña, que operaban bajo la ley marcial, bombardeando varias ciudades y combatiendo a los insurgentes en toda la isla. Los líderes rebeldes fueron encarcelados, pero no sin un intento de asesinato contra el presidente y un ataque contra la Cámara de Representantes. A lo largo de los años, la relación de la isla con su supervisor aún no ha mejorado. El Congreso ha rechazado múltiples votaciones para cambiar su estatus político, y no fue una sorpresa cuando en 2017, los funcionarios de Trump bloquearon la ayuda financiera para Puerto Rico justo después del huracán Maria golpeó a la isla. Trump dijo a funcionarios en 2019 que “no quería que un solo dólar fuera a Puerto Rico”, informó el Washington Post. En vez de dar dinero a Puerto Rico prefería que el dinero fuera dirigido a Texas y a Florida. En un mitin de Trump a finales de 2024 en Nueva York, el comediante Tony Hinchcliffe calificó a Puerto Rico de “isla flotante de basura en medio del océano”. Posteriormente, la campaña de Trump anunció que no compartía esta opinión. En medio de los cortes federales y la inestable situación del gobierno local en Washington D. C., los problemas de Puerto Rico desaparecen al fondo de la lista, y por ahora hay pocas señales de que al gobierno de Trump le importara modernizar la red eléctrica de Puerto Rico.•