En Washington DC, una comunidad en gran parte demócrata y liberal, donde el 97% de los votantes apoyaron a la vicepresidenta Kamala Harris, puede ser difícil entender por qué Trump ganó votantes latinos. Después de su reunión política en el Madison Square Garden el 27 de octubre, con un comediante que se refirió a Puerto Rico de manera menospreciativo, hizo bromas crudas sobre el tamaño de la población latina e invocó el estereotipo racista de “border hopper”, plantea la pregunta: ¿Por qué los latinos apoyarían a tal candidato?
Lo que podría parecer una respuesta directa en realidad implica factores complejos que impactan la toma de decisiones de la comunidad latina en Estados Unidos. Lo atribuiría a tres razones principales: 1) una división entre los ciudadanos estadounidenses y los migrantes indocumentados, 2) un miedo a las políticas de izquierda, y 3) una insatisfacción con el Partido Demócrata.
A pesar de la historia de comentarios ofensivos de Trump, muchos votantes latinos no ven estos comentarios como dirigidos personalmente a ellos. En cambio, las declaraciones generales sobre la inmigración frecuentemente se interpretan como críticas específicamente hacia los migrantes “ilegales,” lo cual consideran distinto de su propia experiencia. Entre los latinos de la clase trabajadora, a veces existe una mentalidad de “yo contra ellos,” donde los migrantes indocumentados son vistos como competencia potencial por empleos. La retórica de Trump sobre la protección de los empleos estadounidenses atrajo a muchos votantes latinos de la misma manera en que lo hizo con los votantes blancos de clase trabajadora.
La segunda razón para el apoyo a Trump es la desconfianza hacia las políticas de izquierda entre muchos latinoamericanos. Habiendo dejado países con historias de gobiernos radicales de izquierda o comunistas, algunos inmigrantes latinos son reactivos a cualquier legislación socialista, como los subsidios para los nuevos propietarios de vivienda y la educación, más comunes en el Partido Demócrata. Este temor es particularmente fuerte dentro de la comunidad cubanoamericana, que históricamente ha huido del comunismo en Cuba. La retórica de Trump oponiéndose al “socialismo” resonó con estos votantes e incluso llevó al condado de Miami-Dade a votar por los republicanos por primera vez en casi 40 años.
Finalmente, hay un descontento creciente con el Partido Demócrata entre los votantes latinos. Mientras que los demócratas pueden hacer gestos o declaraciones que parecen inclusivas, muchos latinos sienten que con frecuencia se pasan por alto sus necesidades. Por ejemplo, la inflación bajo el presidente Biden ha golpeado fuerte a la clase trabajadora, afectando a las comunidades latinas de manera desproporcionada. Además, algunos latinos que esperaban reformas migratorias progresistas bajo el liderazgo demócrata se sintieron defraudados por la falta de cambios significativos. La postura más neutral de la vicepresidenta Harris sobre la inmigración solo profundizó este sentimiento.
En una era en la que la política de identidad ha influido en los patrones de votación, no parece ser suficiente para el grupo minoritario más grande de Estados Unidos. En 2016, alrededor del 28% de los votantes latinos votaron por Trump, en 2024, se estima un enorme 46%. Para recuperar los votos latinos, los demócratas necesitan centrarse menos en el simbolismo y trabajar para resolver mejor las preocupaciones reales de la comunidad latina. •